Descripción
Coexisten en estas páginas un paso y una voz, las aficiones y debilidades del poeta de Jesús María. Están Bach y el ciclismo, las playas y Tschaikovski, los ojos del niño Rimbaud, el océano, el humo, las fresas, su panteón literario personal («A Juan Ramón Jiménez / Yo te manyo, cuñado»; «Homenaje a Antón Chejov, mi colega»). Hernández compone versos memorables que reorganiza una y otra vez, envueltos, muchas veces, en un tránsito melodioso entre el inglés, el francés, el alemán e incluso el griego. El sol lila contiene algunos de sus pasajes más conocidos («Yo pude haber sido premio Nobel de Física…») e incluye las secciones «El cuarteto de mi vida» –surcado por la vaporosa presencia de Gran Jefe Un Lado del Cielo–, «El jardín de los cherris» y «El sol lila». Al mismo tiempo, abunda en referencias musicales, poemas de amor (y humor), reescrituras, ciudades imaginadas, jardines emocionales, collages y citas textuales y parodiadas. En suma, este volumen ofrece no solo versos maravillosos, sino también el lado más visual y fulgurante de la obra de Hernández, un despliegue de color de belleza cegadora que dialoga con la «inesperada claridad» de su poesía.
Datos técnicos
El sol lila cuenta con 118 páginas intervenidas con plumones de colores, lapicero de tinta seca, varios recortes y una tarjeta de presentación. Para cumplir con las formalidades editoriales, agregamos una portadilla y la página de créditos, respetando en el resto del volumen toda seña particular del cuaderno original: tapa y contratapa, páginas en blanco y también las pequeñas imperfecciones producidas por el paso del tiempo, la intervención premeditada del autor o la acción posterior de anónimos lectores.